Nuestro prototipo marca un nuevo camino de BIOITA, un tenedor que refleja la silueta de una mujer que se esta coronando, porque se encuentra en la cima, es la Reina de su vida porque ella es UNA MUJER EMPODERADA!, las astillas representan su lucha, las vetas su identidad única, el corazón de semillas que esta viva, dispuesta a seguir creciendo y expandiéndose, mira hacia arriba y contempla su PROGRESO!
Ha conseguido superarse!
Comencé vendiendo ensaladas en bandejas de masa en el 2013. Un día mis clientes me pidieron cubiertos descartables plásticos, a los que me negué a repartir. Busque otras opciones pero no existía nada sustentable y económico.
Todo comenzó con un incendio de un cañaveral en la finca donde vivía, tras apagar el fuego y sin saber que hacer con las cañas que crecían invasivamente, me pregunte… ¿Y SI HAGO CUBIERTOS DE CAÑA? Fue así que inicie este camino…
En el año 2017, con un hijo de 3 años y cursando el 4° mes de embarazo, mi socia me estafa y se queda con la máquina laser que habíamos comprado y mi dinero, al mismo tiempo me separo de mi pareja, mi ensayo de tesis en lechuga se lo comieron los pájaros y para rematar me cortan la asignación que era lo único de donde me podía sostener.
Ahogada, solo podía ver la luz en mis hijos! Dicen que cuando tocas fondo no queda otra que subir!
Cansada de tanto sufrimiento, el Universo conspiro a mi favor… Fue ahí que comencé a abrirme a nuevas formas de ver los hechos.
A un mes del nacimiento de mi hija pedí una señal y fue ahí que entendí que si fuí capaz de tener esta idea maravillosa de hacer cubiertos a partir de caña para reemplazar los descartables plásticos, podía hacerlo sola, sin bastones que solo generaban mala energía y que podía fabricar un producto con costos bajos que permita venderlos a un precio que resulte accesible y así tornarlo sustentable.
Con un préstamo de $10.000 que me dió mi padre, compre insumos y empecé a producir manualmente los cubiertos… Bautice mi emprendimiento BIOITA, porque representa la VIDA DE ITATÍ, ¡mi vida y la importancia que tienen para mi la vida de otros seres!
Utilizando materiales reciclados, cuidando la sustentabilidad en toda la cadena, tanto en lo medio ambiental como en el trato con la gente. Repartía mercadería junto a mis hijos, recorrí ferias, local por local y trabajaba de noche cuando los peques se dormían.
Empecé a capacitarme para poder crecer, conseguí hacer cosas increíbles, solo me falta aprender a hablar ingles que lo tengo como objetivo…
Y terminar mi carrera, que es un sueño cumpliéndose.
En Febrero del 2019, la demanda superó ampliamente la producción y decidí escalar, compre maquinaria, pero también empecé a DAR TALLERES para sumar más gente al movimiento y generar oportunidades de trabajo, de apoco y sin darme cuenta, se fueron acercando personas y hoy tengo un equipo integrado por mujeres, cada una con su lucha personal, de la cual nos nutrimos y apoyamos mutuamente.
Por ello más que utensilios, es una historia, mi historia.
Y hoy comprendo que cada suceso que se manifiesta en mi circulo, es el Universo que lo esta enviando para mi crecimiento y que la vida tal y como es, ES PERFECTA!. Aunque a veces derrapo pronto vuelvo a encaminarme ¡porque no es la meta, sino el camino el que deja huellas!
Comencé vendiendo ensaladas en bandejas de masa en el 2013. Un día mis clientes me pidieron cubiertos descartables plásticos, a los que me negué a repartir. Busque otras opciones pero no existía nada sustentable y económico.
Todo comenzó con un incendio de un cañaveral en la finca donde vivía, tras apagar el fuego y sin saber que hacer con las cañas que crecían invasivamente, me pregunte… ¿Y SI HAGO CUBIERTOS DE CAÑA? Fue así que inicie este camino…
En el año 2017, con un hijo de 3 años y cursando el 4° mes de embarazo, mi socia me estafa y se queda con la máquina laser que habíamos comprado y mi dinero, al mismo tiempo me separo de mi pareja, mi ensayo de tesis en lechuga se lo comieron los pájaros y para rematar me cortan la asignación que era lo único de donde me podía sostener.
Ahogada, solo podía ver la luz en mis hijos! Dicen que cuando tocas fondo no queda otra que subir!
Cansada de tanto sufrimiento, el Universo conspiro a mi favor… Fue ahí que comencé a abrirme a nuevas formas de ver los hechos.
A un mes del nacimiento de mi hija pedí una señal y fue ahí que entendí que si fuí capaz de tener esta idea maravillosa de hacer cubiertos a partir de caña para reemplazar los descartables plásticos, podía hacerlo sola, sin bastones que solo generaban mala energía y que podía fabricar un producto con costos bajos que permita venderlos a un precio que resulte accesible y así tornarlo sustentable.
Con un préstamo de $10.000 que me dió mi padre, compre insumos y empecé a producir manualmente los cubiertos… Bautice mi emprendimiento BIOITA, porque representa la VIDA DE ITATÍ, ¡mi vida y la importancia que tienen para mi la vida de otros seres!
Utilizando materiales reciclados, cuidando la sustentabilidad en toda la cadena, tanto en lo medio ambiental como en el trato con la gente. Repartía mercadería junto a mis hijos, recorrí ferias, local por local y trabajaba de noche cuando los peques se dormían.
Empecé a capacitarme para poder crecer, conseguí hacer cosas increíbles, solo me falta aprender a hablar ingles que lo tengo como objetivo…
Y terminar mi carrera, que es un sueño cumpliéndose.
En Febrero del 2019, la demanda superó ampliamente la producción y decidí escalar, compre maquinaria, pero también empecé a DAR TALLERES para sumar más gente al movimiento y generar oportunidades de trabajo, de apoco y sin darme cuenta, se fueron acercando personas y hoy tengo un equipo integrado por mujeres, cada una con su lucha personal, de la cual nos nutrimos y apoyamos mutuamente.
Por ello más que utensilios, es una historia, mi historia.
Y hoy comprendo que cada suceso que se manifiesta en mi circulo, es el Universo que lo esta enviando para mi crecimiento y que la vida tal y como es, ES PERFECTA!. Aunque a veces derrapo pronto vuelvo a encaminarme ¡porque no es la meta, sino el camino el que deja huellas!
Nació en Mendoza, ciudad que lo vio crecer hasta hoy. Hijo único de una familia humilde y trabajadora, la cual tuvo un traspié como pareja que hizo que cada uno tomara distintos caminos cuando él tenía 10 años. Gracias a esto pudo transitar una vida de esfuerzo y sacrificios, buscando distintos modelos, tanto de familias como de profesiones, para luego alcanzar las propias. Su objetivo a los 12 años era tener una familia, como los modelos que vio y con las cuales pudo compartir enriquecedores momentos durante mucho tiempo y que le sirvieron para crear ejemplos, siempre tomando lo bueno para copiarlo y lo no tan bueno para mejorarlo. A esa edad comenzó a trabajar, actividad que le proporcionó los recursos y la experiencia para ir formándose sin dejar de lado sus obligaciones escolares y deportivas que venía desarrollando. Trabajo como ayudante de pintor, de carpintero y de bicicletero, hasta que le llegó la oportunidad de ser canillita (repartidor de diarios), trabajo que amó y lo acompañó hasta finalizar los estudios secundarios. Gracias a una pasantía del Colegio Secundario, tres meses antes de finalizar el cursado, logró ingresara a trabajar al Banco Crédito Cuyo S.A. Al comenzar su carrera Universitaria, tuvo que dejar el trabajo de Canillita, para enfocarse en el trabajo del Banco y en el comienzo de sus estudios Universitarios. Siempre tuvo en vista poder emprender algún negocio propio, pero el trabajo en el Banco fue creciendo año a año hasta llegar el momento de asumir la responsabilidad de hacerse cargo de una Sucursal, como Gerente, función que cumple desde hace 13 años. En ese lapso también se recibió de Contador Público Nacional, concluyó un Posgrado en Gerenciamiento Bancario y otras especializaciones en Inversiones y formación Gerencial. Pero su mayor logro hasta el momento fue formar una Familia junto a su esposa y compañera y sus dos hermosas hijas, una de 10 años y otra de 8 años, sus más grandes pasiones y pilares. Hoy su principal desafío es formarse junto a su esposa para convertirse en los tutores de sus hijas, sabiendo que este rol será compartido con otros actores para que ellas logren desarrollar “Criterio”, Criterio que les permita enfrentar y resolver cualquier situación que les dé la vida, ya sea familiar, profesional o laboral. Ese Criterio que hace a un niño o un adolescente enfrentar la adversidad desde la óptica y con la actitud de analizar, compartir y enriquecerse con lo sucedido, compartiendo información que les permita superarlo desde el aprendizaje. Ese es el desafío que se plantean como padre y pareja. Si bien no es sencillo el día a día y todas las actividades que sostienen, desde la unión, comprensión y docilidad individual sienten que lo están transitando, con aciertos y errores que sirven para capitalizarlos y seguir mejorando. Todo este aprendizaje también lo aplican a sus actividades profesionales. Están convencidos que en la docencia está la clave del desarrollo de cualquier grupo de trabajo. La pareja, hace dos años, emprendió un Estudio de Asesoramiento, equipo externo que trabaja focalizado en la optimización impositiva del negocio y la búsqueda de la educación financiera como herramientas que aportan al crecimiento de los distintos clientes que asesoran, clientes que fueron llegando por medio de referencias, en su mayoría, pero uno llego, podríamos decir, en forma diferente al resto, vinculado por una atracción, por un fenómeno que rara vez tiene una explicación lógica. Ese cliente es Paula Itatí de la Vega. La relación surgió por un programa Nacional donde Paula participo y del cual Dario estaba vinculado, de ahí se gestó un vínculo que se fue profundizando con el pasar del tiempo, tiempo que supo vincular lo que habían en común, ambos habían participado de una taller de formación para emprendedores “Empretec” compartiendo visiones y valores de vida.
Nació en Mendoza, ciudad que lo vio crecer hasta hoy. Hijo único de una familia humilde y trabajadora, la cual tuvo un traspié como pareja que hizo que cada uno tomara distintos caminos cuando él tenía 10 años. Gracias a esto pudo transitar una vida de esfuerzo y sacrificios, buscando distintos modelos, tanto de familias como de profesiones, para luego alcanzar las propias. Su objetivo a los 12 años era tener una familia, como los modelos que vio y con las cuales pudo compartir enriquecedores momentos durante mucho tiempo y que le sirvieron para crear ejemplos, siempre tomando lo bueno para copiarlo y lo no tan bueno para mejorarlo. A esa edad comenzó a trabajar, actividad que le proporcionó los recursos y la experiencia para ir formándose sin dejar de lado sus obligaciones escolares y deportivas que venía desarrollando. Trabajo como ayudante de pintor, de carpintero y de bicicletero, hasta que le llegó la oportunidad de ser canillita (repartidor de diarios), trabajo que amó y lo acompañó hasta finalizar los estudios secundarios. Gracias a una pasantía del Colegio Secundario, tres meses antes de finalizar el cursado, logró ingresara a trabajar al Banco Crédito Cuyo S.A. Al comenzar su carrera Universitaria, tuvo que dejar el trabajo de Canillita, para enfocarse en el trabajo del Banco y en el comienzo de sus estudios Universitarios. Siempre tuvo en vista poder emprender algún negocio propio, pero el trabajo en el Banco fue creciendo año a año hasta llegar el momento de asumir la responsabilidad de hacerse cargo de una Sucursal, como Gerente, función que cumple desde hace 13 años. En ese lapso también se recibió de Contador Público Nacional, concluyó un Posgrado en Gerenciamiento Bancario y otras especializaciones en Inversiones y formación Gerencial. Pero su mayor logro hasta el momento fue formar una Familia junto a su esposa y compañera y sus dos hermosas hijas, una de 10 años y otra de 8 años, sus más grandes pasiones y pilares. Hoy su principal desafío es formarse junto a su esposa para convertirse en los tutores de sus hijas, sabiendo que este rol será compartido con otros actores para que ellas logren desarrollar “Criterio”, Criterio que les permita enfrentar y resolver cualquier situación que les dé la vida, ya sea familiar, profesional o laboral. Ese Criterio que hace a un niño o un adolescente enfrentar la adversidad desde la óptica y con la actitud de analizar, compartir y enriquecerse con lo sucedido, compartiendo información que les permita superarlo desde el aprendizaje. Ese es el desafío que se plantean como padre y pareja. Si bien no es sencillo el día a día y todas las actividades que sostienen, desde la unión, comprensión y docilidad individual sienten que lo están transitando, con aciertos y errores que sirven para capitalizarlos y seguir mejorando. Todo este aprendizaje también lo aplican a sus actividades profesionales. Están convencidos que en la docencia está la clave del desarrollo de cualquier grupo de trabajo. La pareja, hace dos años, emprendió un Estudio de Asesoramiento, equipo externo que trabaja focalizado en la optimización impositiva del negocio y la búsqueda de la educación financiera como herramientas que aportan al crecimiento de los distintos clientes que asesoran, clientes que fueron llegando por medio de referencias, en su mayoría, pero uno llego, podríamos decir, en forma diferente al resto, vinculado por una atracción, por un fenómeno que rara vez tiene una explicación lógica. Ese cliente es Paula Itatí de la Vega. La relación surgió por un programa Nacional donde Paula participo y del cual Dario estaba vinculado, de ahí se gestó un vínculo que se fue profundizando con el pasar del tiempo, tiempo que supo vincular lo que habían en común, ambos habían participado de una taller de formación para emprendedores “Empretec” compartiendo visiones y valores de vida.
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